Siempre se ha sabido el placer que nos produce hacer ejercicio, y que en momentos en los que no te encuentras muy bien emocionalmente, una carrera puede ponerte de mejor humor. Pero ahora se ha demostrado que el ejercicio tiene un efecto muy importante en el tratamiento de la depresión grave, hasta tal punto que en EE.UU se están empezando a estandarizar tratamientos para la depresión basados en el ejercicio (muchos de estos datos están publicados en el Journal of Psychiatric Practice).
En este sentido, el ejercicio aeróbico es el más indicado para los pacientes con depresión severa y entre las indicaciones recomiendan un ejercicio aeróbico de entre 45 y 60 minutos, con unas pulsaciones entre el 50% y el 85% de la frecuencia cardíaca máxima individual. Los resultados indican una gran mejoría en los pacientes a partir de la cuarta semana de entrenamiento, aunque los resultados óptimos se producen a partir de la semana 12.
Estos estudios señalan que solamente el 15% de estos pacientes abandonan el tratamiento, un porcentaje similar al de abandono de otros tratamientos médicos y farmacológicos.
También aconsejan a los médicos en cómo reforzar la adhesión a estos tratamientos, incluyendo rutinas personalizadas y ayudando al paciente a escoger el/los deportes mas adecuados, teniendo muy en cuenta los gustos del paciente con respecto a deportes.
Otros estudios:
Además de estos los estudios de la Journal of Psychiatric Practice existen multitud de estudios que apoyan la práctica del deporte en lugar de la toma de fármacos antidepresivos.
Michael Otto, autor de la guía clínica Exercise for Mood and Anxiety Disorders (Ejercicio para mejorar el humor y los trastornos de ansiedad) argumenta que existen numerosos ensayos clínicos que demuestran que pacientes con depresión severa se recuperan a la misma velocidad con la práctica de una rutina de ejercicios que con antidepresivos. Además también sugiere que la practica del ejercicio en pacientes que necesitan medicación mejora en gran medida la recuperación.
El doctor Otto apoya de la misma manera la idea de incluir el ejercicio físico en el tratamiento de los pacientes, incluso en los pacientes que no desean moverse del sofá. Para ello él y sus compañeros han desarrollado métodos para “convencer” a los pacientes de que hagan ejercicio.
Otto sostiene que no existen muchos médicos que crean o incluyan la palabra “ejercicio” en sus tratamientos, pero esa gente que está altamente medicada en la mayoría de los casos no mejora. La depresión, dice el doctor, es una enfermedad que se autoalimenta, el aislamiento hace que no quieras salir y eso te recluye aún más. Sin embargo el ejercicio te saca de ahí.
Todos estos estudios, además de todo lo que se conoce a nivel neuronal que el ejercicio puede producir (como la liberación de endorfinas, serotonina, dopaminas, etc.) sugieren que el ejercicio puede solucionar los problemas mentales de la sociedad de hoy día y que el uso de fármacos, además de “poner un parche” en esas personas, es en muchos casos ineficiente y costoso para los pacientes (no para la industria farmacéutica).
Así que si tienes depresión o conoces a alguien que tenga depresión severa infórmate más y lee este libro y otros artículos relacionados. Puede que en el deporte esté la solución.
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