viernes, 31 de enero de 2014

Aluminio

¿Aliado o enemigo?

En las últimas décadas ha habido un gran boom en el uso de este metal, y al empezar a aparecer en tantos productos, aparecieron los problemas con su toxicidad. Cierto es que es un metal muy ligero y muy útil en la vida cotidiana, pero aplicado a las personas su efecto puede ser altamente tóxico.

En la industria alimentaria se retiró el uso de este metal para la fabricación de ollas, sartenes y resto de utensilios, debido a que con el calor y el agua se desprendían moléculas de aluminio en la comida, lo que a la larga podría provocar acumulación de este metal en nuestro cuerpo y con ello sus efectos.

El aluminio por sus características químicas puede competir con otros elementos metálicos necesarios para el organismo, desplazándolos de su función biológica, causando errores en procesos biológicos muy importantes. Además puede provocar enfermedades óseas, encefalopatías en pacientes en hemodiálisis, produce estrés oxidativo en el cerebro, se han encontrado niveles elevados de aluminio en cerebros de difuntos con Parkinson y problemas en la producción de células sanguíneas (en concreto en la formación del grupo hemo). También produce problemas mucho más visibles en poblaciones donde se extrae este metal y en fábricas donde se utiliza.

Sin embargo, además de los problemas a largo plazo que pueda producir la acumulación de aluminio en el organismo, el aluminio afecta directamente al medio ambiente, donde las aguas de consumo y residuales contienen elevadas concentraciones de aluminio, y con ello la tierra de regadío, repercutiendo en un incremento del aluminio en los vegetales que consumimos, en los pescados, carnes y todo tipo de alimentos. También lo tomamos en el papel de aluminio y, aunque parezca extraño, también por la piel, a través de los desodorantes.


Por esto, puede que en un futuro no muy lejano la acumulación de aluminio en los seres humanos provoque un aumento de ciertas enfermedades neurales, como el Alzheimer y el Párkinson, y en otro gran número de enfermedades cuya procedencia sea desconocida (se ha correlacionado un incremento en el autismo infantil con el porcentaje de aluminio utilizado como adyuvante en las vacunas).

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