Vitamina D

Es un grupo de esteroides liposolubles implicado en la absorción intestinal de calcio, magnesio, zinc, fosfato y hierro. Se toma generalmente en la dieta, pero no es una vitamina típica en el sentido estricto de que el cuerpo no puede sintetizarla, solo que para su síntesis (en la piel) se necesita una buena cantidad de sol. La más importante en humanos es la vitamina D3 o colecalciferol.

Un déficit en vitaminas de este grupo produce raquitismo, una enfermedad relacionada con la malnutrición en la que disminuye la calcificación de los huesos, y si ocurre durante el crecimiento se producen malformaciones. También produce inflamación de la columna vertebral.

La vitamina D actúa en la sangre, regulando los niveles de calcio y fosfato en el torrente sanguíneo y promoviendo un correcto crecimiento y desarrollo, además de la remodelación ósea. Por lo tanto es necesaria para una correcta calcificación de los huesos. Además tiene efectos en la regulación del sistema inmune, y se ha demostrado que tiene un efecto in vitro en in vivo (en células de laboratorio y en animales) en la disminución de tumores, aunque para esto último aún no se conoce el mecanismo.

Debido a su biosíntesis en la piel, se ha determinado que las cremas con un factor de protección solar (UVA y UVB) de 8 pueden disminuir la producción de vitamina D en un 95%, mientras que las que tienen un factor mayor de 15 la disminuyen más de un 98%. Esto no quiere decir que no se aplique cremas de protección solar, ya que ayudan a prevenir contra los melanomas, solo que entonces debe tomarse vitamina D con la dieta.

La unión europea recomienda la ingesta de 5 microgramos al día de esta vitamina, aunque en personas con osteoporosis y mujeres en menopausia se recomiendan 15 microgramos. La vitamina D se encuentra en carnes y pescados, leche, huevos y muchas setas, y también está disponible en suplementos vitamínicos.