domingo, 9 de febrero de 2014

Adrenalina, ¿Por qué es tan adictiva?


La adrenalina o epinefrina es un compuesto orgánico implicado en la respuesta ante peligros vitales. Se libera al organismo en situaciones de estrés y peligro y condiciona al organismo para responder a ese estímulo, bien sea mediante la huida o la lucha. Se libera en las glándulas suprarrenales y actúa en diferentes sistemas, actuando como neurotransmisor o como hormona.

Entre sus efectos la adrenalina:

  • Contrae los músculos esqueléticos y provoca temblores, calentándolos en previsión de una carrera o de la lucha.
  •  Relaja los músculos bronquiales, lo que permite la entrada de más aire a los pulmones.
  •  Aumenta los niveles de glucosa sanguínea y muscular, libera ácidos grasos a la sangre como sustrato energético.
  • Ralentiza la actividad digestiva, reduciendo su irrigación sanguínea, enviando esa sangre a los músculos, en previsión de mayor actividad.
  •  Estimula el corazón aumentando el ritmo cardiaco.

Pero también tiene otros efectos. Como:

  • Te proporciona una elevada sensación de bienestar. Esto se debe a una que ayuda a liberar el estrés en situaciones límite.
  • Está conectada al centro del placer de nuestro cerebro, por lo que puede proporcionarnos un placer exquisito.
  • Nos empuja a estar enfadado o ser pasional en una discusión, causa o conflicto.

Este subidón de adrenalina es bueno y necesario, pero si su búsqueda se convierte en algo necesario empieza a constituir un problema.

Existen muchas personas en el mundo con adicción a la adrenalina. Personas que necesitan en su vida situaciones de alto riesgo y que cada vez sienten una necesidad mayor. Estas personas sufren adicción a la adrenalina y pueden tener estos otros síntomas:

  • Depresión post-adrenalina.
  •  Inquietud, nerviosismo, no poder estarse quieto.
  •  Obsesión con cosas dejadas a medias.
  • Compulsión obsesiva con estar haciendo cosas.

La adrenalina, al igual que otras sustancias tóxicas, no debe tomar el control de nuestra vida. Existen cosas que podemos hacer para retomar el control. Podemos prestar más atención a nuestro cuerpo, para detectar estos síntomas cuando aparecen y sustituir las conductas de riesgo por otras que impliquen por ejemplo a otros miembros de la familia. Además otros ejercicios como el yoga o la meditación pueden contribuir a modificar nuestras necesidades de adrenalina y reequilibrar tu estado fisiológico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario